No sé como llegó a mi vida. Lo qué sí sé, es qué llegó en el momento justo. Un carbón de esos que siempre soñé, así es, mis demonios lo esperaban por mil noches, hasta ese día que lo reconocieron. A él no le da miedo enfrentarse a ellos, más bien quiere jugar hasta dejarlos cansados, tranquilos, jadeando y relajados.
Él se ha vuelto en mi antídoto contra el pasado, en ese veneno que me encanta lamer en las noches de luna llena, y en esa píldora que me hace descansar con el suspiro en la boca.
Y hoy no fue la excepción. Llegó para amarme como me gusta. Sin amor y sin promesas, sin mentiras y con la realidad en sus manos. Sin pasados, ni futuros, tan solo el presente y yo lo soy en este momento... (suspiro...)
Sabe como despertar a la fiera, la tienta, la provoca, la invita a salir en todo su esplendor, es tan decidido a hacerme sentir el cielo y el infierno en mi averno, que el manantial se desborda por mis piernas...
Todavía jadeo, me muerdo los labios, me tiemblan los dedos, sabe como enloquecerme por completo, sabe que el sonido de su voz...," llamándome", gritando, susurrando, jadeando, respirando tan entre cortado..., es música infernal para mi lujuria, y esa hoguera se enciende de inmediato. Me convierte en fiera asesina de placeres, de violencia en mi cuerpo y en su cuerpo, de estaciones inimaginables por pasar y comer, beber, lamer, chupar y degustar, como una niña condenada a su pecado...
Y él es mi pecado, mi tentación, mi sueño, mi dueño, y yo lo soy de él, tanto que el mundo no es nada entre nosotros, nos volvemos uno solo en la carne, en ese complemento que me da lo que le pido, lento, suave, rápido, duro, con fuerza, sintiendo al valiente que me está cogiendº porque se lo he permitido, le he dejado mi cuerpo a su merced, para que me haga lo que quiero y lo que más disfruto de la vida...,"el sexo apasionado y entregado".
Aprendió tan rápido, que una noche supo saciar mis demonios, tanto, que me acaba de dejar con tres orgasmºs regados en mis sábanas, me ha dejado empapada de sudor, oliendo a él y solo a él. Luego, me besó y me susurró suave..., ya puedes dormir tranquila y se marchó, dejándome la sonrisa pintada en mi boca.
¿Cúando volverá? No sé y no me interesa averiguarlo. Solo sé que huele el perfume de mis demonios cuando están hambrientos y con sed, y llega a calmarlos como todo un experto caballero que no miente para obtener lo que quiere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario