Siempre escuchas que el papá de una niña "entrega a su hija" el día de su boda.
Pero nunca había pensado mucho en las mamás y sus hijos. Pero todas las mamás también entregamos algo. Algo igual de precioso. Algo que nunca recuperaremos.
Entregamos ser la que “El” abraza y besa.
Entregamos ser la que “EL” busca entre la multitud.
Entregamos ser la primera persona a la que “EL” recurre cuando las cosas se ponen difíciles.
Entregamos ser a la que “EL” hace reír en medio del día.
Entregamos ser su chica #1.
Entregamos un pedazo de nuestro ♥️.
Entregamos a nuestro hijo.
En el fondo sé que él siempre me amará, pero también sé que la amará más a ella. La amará más que a su mamá y está bien. Así es como sabré que el habrá encontrado a la indicada. ¿Pero no es eso lo qué queremos? Queremos que se casen con una chica a la que pondrán en primer lugar, incluso si eso significa que nos convertimos en segundas.
Mamás... atentas...
Ámalo mientras eres esa primer chica en su vida.
Besa su tierna carita y quédate en esos larguchos abrazos adolescentes.
Llévalo a la escuela incluso cuando esté de mal humor y no te diga ni una sola palabra en todo el camino.
Escúchalo cuando necesite desahogarse.
Ama a sus amigos.
Llévale el motrin a la escuela por centésima vez. Es posible que tenga dolor de cabeza o puede que simplemente quiera salir de la clase y charlar contigo por un minuto.
Siéntate junto a su cama de hospital a pesar de que la regó.
Empápate de cada minuto bajo las luces de la noche del viernes a su lado.
Ámalo, perdónalo y perdónate a ti misma por las cosas que no hiciste bien y sigue aprendiendo.
Porque un día lo entregarás ...
Te pondrás de pie y lo verás entregar su corazón al amor de su vida. Bailarás y él te dirá las cosas más dulces sobre en quién se ha convertido gracias a ti.
Él te abrazará fuerte y se sentirá un poco como un adiós. Te convertirás en su segunda mejor chica y será muy DIFÍCIL...
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