Tener pareja no debe limitar el seguir creciendo como personas. El tener una identidad propia, el seguir cultivando esas aficiones que tanto nos gustan y disponer de tu red social de familiares y amigos. Día a día, estos aspectos nos aportan esa felicidad sencilla que se complementa a la que nos ofrece nuestra pareja.
El espacio personal es esencial en toda clase de relaciones. Es ahí donde nos desarrollamos como personas individuales, ahí donde se inscriben nuestras aficiones, nuestras amistades y nuestra identidad. Para alcanzar una felicidad plena es necesario que exista un equilibrio entre el espacio de la pareja y el individual, te lo explicamos.
El espacio personal en la pareja y su importancia para nuestra salud emocional
Hay muchas personas que piensan, que las verdaderas parejas deben hacerlo todo en común. Que la felicidad está precisamente en no separarse en ningún momento y compartir un espacio único a cada instante. Pero esto, a largo plazo no va a ser higiénico ni saludable. La higiene mental y emocional se basa también en esos instantes de individualidad, de privacidad, ahí donde mantener aquello que nos caracteriza y que también nos hace feliz. Veámoslo con los siguientes ejemplos para entenderlo mejor:
1. La necesidad de seguir creciendo como personas.
Sin lugar a dudas, no hay nada más satisfactorio que tener una pareja con la que compartir nuestra vida, con la que tener un proyecto de futuro en común y vivir junto a ella. Pero tener pareja no debe limitar en absoluto el seguir creciendo como personas. ¿Y qué significa crecer como persona? El tener una identidad propia en la cual sentirnos bien, el seguir cultivando esas aficiones que tanto te gustan: salir con tus amigas, pasear, leer, pintar, estudiar, formarte intelectualmente y profesionalmente, disponer de tu red social de familiares y amigos… todos estos elementos forman parte de nuestro espacio personal, y es lo que también, día a día, nos aporta esa felicidad sencilla que se complementa a la que nos ofrece nuestra pareja.
2. El espacio de la pareja y el espacio individual no deben ser enemigos.
Tanto tú como tu pareja, dispondréis de vuestras aficiones y de aficiones en común. Y sin lugar a dudas es perfecto poder compartir cosas entre los dos. Es vital y satisfactorio. Pero todos sabemos que también disfrutamos de nuestros momentos de soledad, ahí donde pensar, donde hacer nuestras cosas, donde estar con nosotros mismos. Y eso, no es traicionar a la persona que amamos. Es ser yo mismo, queriéndome a mi mismo pero amándote a ti también.
3. Confiar en el otro es también una muestra de amor.
Este es en ocasiones un aspecto complejo. Son muchas las personas que no ven con buenos ojos que su pareja, disponga de sus amistades y que salga con ellas. Que dedique una tarde o una noche a salir con los compañeros de trabajo. Que incluso, desee ascender en su trabajo. O que, un día, decida hacer un viaje de fin de semana sin él o ella. Es algo que ocurre con mucha frecuencia. Los celos son los principales enemigos del espacio personal. Pudiendo llegar a prohibir, a vetar o incluso a chantajear.
Y debemos tenerlo en cuenta. En el momento en que dejamos de hacer aquello que nos identifica, aquello que forma parte de nuestro espacio personal, dejaremos de ser nosotras mismas. Si te prohíbe tener tus amistades o practicar tus aficiones, llegará un día en que te sientas vacía, frustrada y con la autoestima muy baja. No dejes tu propia libertad custodiada en el bolsillo de tu pareja. El confiar es una muestra de amor. “Yo te permito porque confío en ti, yo dejo que crezcas como persona porque de ese modo también creceremos como pareja.”
4. El espacio personal como vínculo de complicidad en la pareja.
Permitir que cada uno de los dos dispongáis de vuestro espacio personal, es sin lugar a dudas una muestra de amor, confianza y complicidad. Permitir que tu pareja siga manteniendo sus amistades, que salga ese domingo a ir en bicicleta o a correr si le gusta, animarlo a que ascienda en su empleo, son muestras esenciales de apoyo y de amor. De desear que nuestras parejas sean felices y que sigan siendo ellos mismos, enriqueciendo además la relación. Si somos felices como personas, seremos felices como pareja. Pero si estamos frustrados porque no hacemos lo que deseamos, por que la otra persona siente celos o desconfianza, solo aportaremos infelicidad a nuestra relación.
Es una ecuación muy sencilla que no podemos olvidar. Sé tu misma, mantén tu identidad, tus relaciones sociales, y tus aspiraciones. Si estás satisfecha con lo que eres y lo que haces fortalecerás los vínculos con tu pareja. Disponer de tu espacio personal es básico para ser felices y aportar armonía a la relación de pareja. Porque todos merecemos ser felices.
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