La Forma Cómo Elogias A Tu Hijo Lo Marcará De Por Vida ¡Aprende La Mejor Manera!


La Forma Cómo Elogias A Tu Hijo Lo Marcará De Por Vida ¡Aprende La Mejor Manera!

Las consecuencias negativas de los halagos, elogios y alabanzas en los niños.

Los halagos, de una manera correcta, son un arma efectiva y poderosa para la autoestima de nuestros hijos. Sin embargo, en esta sociedad donde el más pequeño de nuestra casa es el que debe ser sobreprotegido y alabado una y muchas veces por sus “pequeños logros” este tipo de cumplidos pueden dar el efecto contrario. 
  


Desde el año 2000, se han publicado diversos estudios y experimentos sobre las consecuencias negativas de los halagos, elogios y alabanzas en los niños. Una de las mejores pruebas y más representativas de esto, fue la realizada en USA.

El experimento abarcó la cantidad de 400 niños de quinto grado a resolver varios rompecabezas relativamente difíciles. Cuando terminó la prueba algunos de los niños eran felicitados por su inteligencia y a otros por su esfuerzo. 

En la siguiente ronda (aún más complicada) los niños podían elegir entre un desafío parecido al anterior o uno totalmente diferente. La mayoría de los niños felicitados como “inteligentes” eligieron un desafío similar. Por lo contrario, la mayoría de los que fueron felicitados por su esfuerzo eligieron hacer algo diferente. 

La base del comportamiento ha sido siempre satisfacerse a uno mismo evitando el dolor. En este caso solemos evitar las tareas que no hacemos bien para evitar el fracaso. Así mismo, los niños suelen optar por el camino fácil, realizando actividades que dominan con mayor facilidad para obtener su anhelado elogio.

Elogia siempre al proceso, no a la persona.


Los niños siempre esperan que sus padres los aprueben o feliciten, están en espera permanente de ello. Por eso, si un niño de 3 años, se ata correctamente los cordones de sus zapatos y lo felicitamos por ese logro, seguramente mañana vuelva a hacerlo porque quiere recibir tu felicitación, pero esto trae consigo algo negativo; probablemente el niño decida no aprender a abrocharse su camisa.
  
El niño desea que volvamos a felicitarlo por sus cordones, y como es una tarea que ya sabe hacer, prefiere solo hacer esa y limitarse a ella, en lugar de desilusionarnos por no lograr abotonarse su camisa. 

Por eso debemos alabar su proceso o su esfuerzo, más no su logro, así reforzaremos su conducta y logramos que se plantee nuevos retos. 

Mentalidad fija Vs. desarrollo.


Según un estudio realizado por el doctor Carlos S. Dweck con respecto a los halagos recibidos durante la infancia, el asegura que los niños pueden desarrollar dos tipos de mentalidades: 

Los niños con mentalidad fija, creen que sus habilidades y cualidades, como el ser inteligente, es algo que no pueden cambiar. Según ellos, Por mucho que estudien no serán más listo de lo que son, por mucho que dibujen o que pinten no serás más creativos. Los niños con mentalidad fija piensan que su potencial se encuentra limitado a hacer solo ciertas cosas. Piensan que deben limitarse a las cosas que se destacan y que son más hábiles, todo lo demás lo excluyen. 

En cambio los niños con mentalidad en crecimiento, creen que su cerebro puede crecer y mejorar con práctica y mayor esfuerzo, al igual que las piernas y el cuerpo se ejercita y mejora el cerebro también. 

El cumplido..Limita


El cumplido nos limita según nuestras habilidades y, a medida que el tiempo pasa y las responsabilidades se vuelven más complicadas, nuestra autoestima baja.

Creer ciegamente en algunas habilidades, trae como consecuencia una desconfianza por ciertas actividades que no consideramos que sean parte de nuestras cualidades. 

En nuestro inconsciente nos da pavor no dar la talla en alguna actividad, por eso nos asustamos de manera precipitada, y evitamos ciertas cosas que son nuestra responsabilidad. 


¿Cómo debemos reforzar conductas?


Aunque no lo creas, es importante dejar de elogiar innecesariamente, pues como ya sabemos, los experimentos ya realizados muestran el efecto contrario de lo deseado. 

Mary Budd Rowe, también realizó un experimento donde se mostró que los alumnos que fueron elogiados por sus maestros comenzaron a responder con un tono inseguro. 

El experimento trataba de escoger al niño bonito e inteligente de la clase que nunca se equivocaba, los profesores fingieron no estar de acuerdo con sus respuestas – aunque fueran correctas- y los niños se retractaban y se mostraban inseguros. 

Aunado a esto, los niños que han sido elogiados desde pequeños por todas las actividades que hacen, cada vez necesitan ser más alabados, ya que si no lo consiguen comienzan a perder el interés. 

Reconocer su esfuerzo, el proceso y la estrategia del pequeño es la manera más eficaz para hacer que los niños se sientan más orgullosos por sus propios logros.

Mamá, tus hijos no te necesitan perfecta, te necesitan feliz
El corazón de un hijo es tan grande que nos ama tal como somos. Ellos no nos necesitan perfectas, nos necesita felices. Y así, también ellos lo serán.

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