El Colibrí.

 


Vivíamos en el campo con mi esposa, a causa de una enfermedad degenerativa que le habían diagnosticado hacía ya unos meses, ella se iba debilitando poco a poco, pero no dejaba de sonreír, me veía y los ojitos le brillaban, yo jamás dejé de verla hermosa, a pesar de que bajó mucho de peso, su piel se tornó pálida y las ojeras se adueñaron de su rostro.


Un jueves por la mañana me despertó el aroma a café recién hecho, ella no estaba en la cama, así que fui a buscarla, tampoco estaba en la cocina, pero por la ventana la alcance a ver en el jardín, estaba de rodillas, y la veía plantar algo, aunque no alcanzaba a ver que era, serví dos tazas de café y fui por ella.


Me acerqué a ella y estaba plantando muchas flores hermosas, me agaché y la besé,  - buenos días mi amor  - dije, -buenos días guapo - respondió con el rostro iluminado con una sonrisa de oreja a oreja, -¿Qué hace mi bella esposa- pregunté, -Te lleno el jardín de Durantas y Geranios- respondió, -Están hermosas mi amor, gracias por tan lindo detalle, pero ¿Por qué éstas en específico?-, -Son dos de las flores favoritas de los colibríes, mi amor, y quiero que el jardín este lleno de colibríes- me dijo sonriendo aún más.


Sonreí al verla tan feliz, se notaba su fatiga, -Mi amor deberías descansar, tanto esfuerzo no te hace bien- advertí, -No mi amor, estoy bien, ya no me queda mucho tiempo, pronto me iré- dijo mientras se le cortaba la voz, -No digas eso, vas a estar conmigo por muchos años y seremos tan felices como hasta ahora- respondí muy seguro.


-Cuando me haya ido vendré a verte en forma de colibrí, lo he soñado, por eso necesito que hayan muchas Durantas y Geranios- dijo, no pude evitarlo y empecé a llorar al ver su seguridad, me senté a su lado y con lágrimas en los ojos, le supliqué que fuera fuerte, que no me dejara solo, que luchara, ella secó mis lágrimas me dio un beso y me dijo: -Te amo y nunca voy a irme-.


Los días pasaron y ella cuidaba con tanto amor el jardín, pero cada vez se veía más cansada, más agotada, con el paso de los días ya no podía salir al jardín, lo veía desde la ventana del cuarto, y bastante triste me decía: -¿Por qué no ha llegado ningún colibrí?- esperó días enteros por uno pero no apareció ninguno, un sábado por la mañana se levantó, se bañó, se arregló muy bonito, se puso un vestido rojo con el que se veía preciosa, soltó su cabello, puso labial rojo, en verdad se veía perfecta, me quedé inmóvil cuando la vi, la amaba tanto, me preparó la cena, cenamos juntos, río a carcajadas estaba llena de vida, subamos a la habitación, hicimos el amor como nunca, me repitió muchas veces que me amaba, le dije cuanto la amaba, se recostó en mi regazo y nos quedamos dormidos, así abrazados.


A la mañana siguiente, intenté despertarla con un beso, pero no pude, ella había muerto, sacó fuerzas de donde no tenía, para dejarme lleno de su amor, lloré, grité, con ella en mis brazos, pero no abrió sus hermosos ojitos café, la vestí, y llamé al médico, al salir a recibir al médico, me quedé helado, el jardín estaba lleno de colibríes.


Corrí al jardín y todos se alejaron excepto uno, ese posó en mi hombro y se quedó ahí, sonreí y con los ojos llenos de lágrimas...


-Hola mi amor- dije...💖

Para reflexionar.




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