El cabello: Mi fuerza.
El cuero cabelludo: Mi Fe y mi lado divino.
La cabeza: Mi individualidad.
Los dientes: Arbol genealógico, mis decisiones, vinculadas al lado femenino arriba, vinculadas al lado masculino, abajo.
El cuello: Mi flexibilidad, mi capacidad para ver varios lados de las situaciones de la vida.
La garganta: La expresión de mi lenguaje verbal y no verbal, mi creatividad.
Los hombros: Mi capacidad para llevar una carga, responsabilidades.
Los brazos: Mi capacidad para tomar a las personas o las situaciones de la vida.
Son la prolongación del corazón. Sirven para ejecutar las órdenes.
Los codos: Mi flexibilidad en los cambios de direcciones en mi vida.
Los dedos: Los pequeños detalles de lo cotidiano.
El corazón: Mi comunicación con los demás.
La sangre: La alegría que circula en mi vida.
Los pulmones: Mi necesidad de espacio, autonomía, Vinculados a mi sentimiento de vivir.
El estómago: Mi capacidad para digerir nuevas ideas.
La espalda: Mi soporte, mi apoyo.
Los huesos: La estructura de las leyes y principios del mundo en el cual vivo.
Los intestinos: mi capacidad para soltar, dejar fluir lo que me es inútil y dejar fluir los acontecimientos de mi vida.
Los riñones: La sede del miedo.
El páncreas: La dulzura que está en mí.
El hígado: La sede de la crítica.
Las piernas: Mi capacidad para adelantar en la vida, ir hacía el cambio, hacía las nuevas experiencias.
Las rodillas: Mi flexibilidad, mi amor propio, mi orgullo.
Ahora ya sabes que representa y puedes comenzar a trabajarlo”.
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