Me quedé con ganas de decirte
tantas cosas, que creí que siempre tendría tiempo para hacerlo, pero no fue así. Te marchaste a un viaje sin retorno
y ahora es demasiado tarde para mí.
Entendí que el tiempo no camina,
más bien corre y corre a un paso que ni siquiera nos damos cuenta en que momento se nos va.
Él tiempo nunca se detiene,
se detuvo para ti, pero para mi sigue corriendo. Dicen que es sabio y que cura heridas, pero yo digo que no las cura, que sólo las maquilla, las tapa y nunca dejan de doler... siempre duelen.
Ahora comprendo que nunca hay suficiente tiempo para vivir pero que el poco que tenemos debemos aprovecharlo y que siempre es tiempo de decir lo que sentimos a quien amamos, que nunca es tarde y nunca es temprano para empezar a hacerlo si aún estamos vivos.
Créditos a su aut@r
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