Los granos enteros son tan importantes en nuestra alimentación como las verduras o las frutas. Por esto, deben estar presentes en toda dieta balanceada ya que aportan una gran cantidad de nutrientes, vitaminas y fibra. Éstos son las semillas de granos como el trigo, el maíz, el centeno, la avena, el arroz o la cebada que conservan las tres partes que los componen: el salvado, el endospermo y el germen.
Para aprovechar todos los beneficios que ofrecen no es necesario consumirlos en su estado natural. Es posible triturarlos, partirlos o molerlos para convertirlos en harina, galletas y otros alimentos. Eso sí, el producto final debe contener la misma composición nutrimental del grano original. Así que la próxima vez que te encuentres frente a un producto como el pan de caja o pasta, fíjate que esté hecho de granos enteros, ya que hará más completo y nutritivo su consumo.
El pan es la base de nuestra alimentación y por ello debemos de consumirlo, al menos, tres veces al día y siempre en un formato que contenga granos enteros 100% ya que diversos estudios revelan que este tipo de pan previene la Diabetes tipo 2, ayuda al control del peso y mejora la salud gastrointestinal.
A continuación te presentamos una lista de granos enteros que puedes incorporar en tu dieta y sus principales beneficios. Estamos seguros que hacerlo no será difícil:
Maíz: es el grano entero más popular en el mundo y la base de una amplia variedad de alimentos y platillos. Es rico en antioxidantes, carotenoides y aporta diez veces más cantidad de vitamina A que otros granos.
Trigo: rastrear el origen el trigo nos remite a tiempos ancestrales y hoy se ha convertido en uno de los principales granos en nuestra alimentación.
El trigo entero o integral, como también se le conoce, constituye uno de los alimentos de origen vegetal más completos porque contiene una alta cantidad de minerales como el potasio, fósforo, magnesio, hierro y zinc. Además, ayuda a disminuir el colesterol y reduce el riesgo de sufrir infartos, ayuda a mantener los niveles de glucosa adecuados y se relaciona con el mantenimiento del peso correcto.
Sin embargo, se debe considerar que el trigo contiene gluten, una proteína que se encuentra en muchos cereales como la cebada, el centeno y la avena; responsable de la elasticidad de la masa de harina, que puede provocar en ciertas personas una intolerancia permanente conocida como enfermedad celíaca.
Arroz: el grano originario de Asia es la base de diferentes platillos en todas las culturas del mundo, pero cambiar el arroz blanco por arroz integral hace que tu dieta sea más balanceada porque aporta mayor cantidad de minerales, vitaminas, como la vitamina E, y es alto en fibra.
Amaranto: el amaranto es originario de Centroamérica y América del Sur, y goza de una tradición única en México; es un excelente alimento porque contiene tres veces más de calcio que otros granos. Además, es rico en hierro, magnesio, fósforo y potasio.
Por si fuera poco, se ha confirmado que es el único grano que tiene vitamina C y es uno de los alimentos de origen vegetal con mayor valor proteico, ya que contiene lisina, un aminoácido que no se encuentra en muchos otros granos.
Avena: el cereal se ha cultivado desde que se tienen indicios de la aparición del hombre y ofrece un tipo único de fibra conocido como betaglucano, sumamente importante en la reducción del colesterol alto.
La avena también es rica en antioxidantes, contiene aminoácidos esenciales que estimulan el hígado para depurar los compuestos pesados del organismo y ayuda a regular el nivel de azúcar en la sangre.
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