En el libro “Los Cuatro Acuerdos” nos hace ver como el ser humano crece en un sociedad donde todo lo que creemos es una realidad impuesta por nuestros padres, nuestros profesores, la sociedad, la religión, las creencias, etc. La mayoría de los seres humanos somos títeres con una venda en los ojos que no nos deja ver las cosas como realmente son porque esto es lo que se nos enseña desde niños, nuestros padres no son los culpables ya que a ello se les enseño lo mismo y a los padres de nuestros padres igual; a esa edad no tenemos más opción que creer y aceptar lo que se nos dice porque no conocemos nada más para poder cuestionarnos la realidad de las cosas. La sociedad, nuestros padres, la cultura, las creencias, estas son las fuerzas que controlan los hilos para que este títere se mueva y los hilos son los acuerdos que hacemos cuando aceptamos estas creencias. Estos acuerdos o proceso de domesticación de los seres humanos (como se les llama en el libro “Los Cuatro Acuerdos”) es lo que nos introduce al sueño externo, sueño del que la mayoría de personas formamos parte ya que decidimos, por medio del acuerdo, creer todo lo que se nos dice.
Con el tiempo, cuando vamos creciendo, nos vemos obligados a usar mascaras para convertirnos en lo que la sociedad quiere que seamos, poder ser parte de un grupo y sentirnos aceptados. Siempre buscamos ser perfectos y que los demás también lo sean, cuando creemos que no logramos llegar a ese punto de perfección esperado es cuando nos empezamos a juzgar, a auto-rechazar y a rechazar también a las personas que nos rodean. Todos tenemos un juez interno que se rige con las leyes del sueño externo, este juez nos castiga cada vez que no cumplimos con estas reglas y busca que nos sintamos mal y avergonzados de nuestros actos, ahí es cuando aparece la víctima. La víctima carga con la culpa de todo lo que hemos hecho mal en el pasado y tiene la necesidad de ser castigada una y otra vez por cada cosa que hacemos que es mal vista o va en contra de las reglas de la sociedad. Todos estos elementos que se encuentran en nuestra mente, la búsqueda de la verdad, la necesidad de ser perfectos y aceptados por un grupo, el juez que constantemente juzga nuestras acciones, la víctima que carga la culpa de las acciones ya hechas y se castiga una y otra vez, las reglas que tenemos que seguir y cumplir según el sueño del planeta, las mascaras que usamos para complacer a todos, son lo conforman la venda que no nos deja ver quiénes somos en realidad. Los toltecas dicen que nuestra mente es un “gran mitote”, una bruma donde todos hablan en el sueño externo y nadie se entiende, esta bruma representa la venda en mi ejemplo del humano como títere porque no nos permite vernos como realmente somos ni deja que veamos las cosas como realmente son.
Los acuerdos que tenemos con nosotros mismos son los límites que nos ponemos a nosotros mismo: que podemos hacer, hasta donde podemos llegar, que nos gusta, que no nos gusta, que nos gusta. Son ataduras que nos ponemos por decisión propia y estas hacen que nuestra vida se complique más, se llene de dramas que nos causan dolor innecesario y no nos dejan vivir una vida plena y feliz. Los toltecas creen en cuatro acuerdos que nos harán libres y nos llevan a una vida feliz llena de amor propio y amor por los demás. Los cuatro acuerdos son: Ser impecables con las palabras, No te tomes nada personalmente, No hagas suposiciones y Haz siempre tu máximo esfuerzo.
El primer acuerdo es: ser impecable con las palabras. Este es un acuerdo importante pero personalmente me parece que no es el principal para empezar el camino de sanarnos y de ser verdaderamente felices. Es importante porque si uno no usa correctamente las palabras puede causar un daño a alguien ya sea con un chisme que le cause problemas en el trabajo o en su familia o un insulto que sea el causante de algún complejo que lo lleve a crear problemas en su autoestima. Pero igual como una palabra puede causar dolor una palabra puede alegrarte el día, escuchar un te amo de las personas que quieres te hace sentir querido, saber tratar a la gente hace que todos tengamos mejores relaciones. Es importante que sepamos el poder que tiene todo lo que decimos porque esas palabras son herramientas y está en nosotros si las utilizamos para bien o para mal.
El segundo acuerdo es: no tomarse las cosas personalmente. Esto ayuda pero tampoco es el acuerdo con el que más me relaciono. Lo que diga la gente no debería cambiar la forma en que uno se ve, lo que importa es ser como uno le gusta ser y no en la forma que uno “debería ser” para ser aceptado por un grupo. Tomarse las cosas personalmente demuestra que somos un poco egocéntricos porque pensamos que todo gira alrededor nuestro y que la gente gira alrededor de lo que hacemos, lo importante de este acuerdo es que al cumplirlo nos estaríamos protegiendo de sufrir y muchas veces por cosas que no vale la pena siquiera prestarles atención porque en ocasiones las personas dicen cosas para herirnos y ni siquiera nos conocen bien entonces lo importante es conocernos y respetarnos nosotros mismos y así no tomarnos nada personalmente.
El tercer acuerdo es: no hagas suposiciones. Este acuerdo para mi es el más importante o con el que yo más me relaciono. Las suposiciones son ideas que nosotros creamos, no es nada más que una ilusión y no solo porque nosotros pensamos algo de alguna cosa, persona o situación se convierte en realidad. Cada vez que se crea una suposición uno corre el riesgo de salir herido porque con una suposición se espera más de lo que realmente está pasando, nos inventamos cosas, las hacemos personales, escuchamos y vemos solo lo que queremos y terminamos creyendo que todo eso era verdadero cuando en realidad es solo una red de mentiras. Cuando uno hace suposiciones sobre las personas siempre vamos a terminar decepcionándonos porque nadie es exactamente como uno piensa que son lo mejor en estos casos es tratar de conocer bien a las personas y buscar siempre la verdad, preguntar hasta que las cosas nos queden claras así nos aseguramos que no van a haber malentendidos en los cuales podemos salir con una herida emocional.
El cuarto acuerdo es: haz siempre el máximo esfuerzo. Para mi sin este acuerdo no se podrían llevar a cabo los otros tres. Poder comprometerse a cumplir estos acuerdos requiero estar muy comprometido y con muchas ganas de hacerlo porque todos los acuerdos que con los años nos hemos hecho empiezan a formar parte de quienes somos y los convertimos en hábitos; estos hábitos son difíciles de romper y solo se lograra con un esfuerzo que se hace día a día. Hacer las cosas bien y esforzándonos al máximo nos crea un sentimiento de satisfacción al final del día porque uno nunca sabe cuándo va a terminar su vida, cualquier día en cualquier momento nos llega el fin y si uno vive siempre dando lo mejor, sea cual sea el día que nos toque dejar de vivir nos iremos orgullosos de nuestra vida porque en todo lo que hicimos nos dedicamos un 100 porciento y dimos lo mejor de nosotros.
Estos cuatro acuerdos nos dan las herramientas para hacer la transformación una vida de Infierno, llena de sufrimientos a una vida como en el Cielo, plena y feliz y todo lo logramos cuando tomamos la decisión de quitarnos la venda de los ojos y empezamos a ver las cosas de la forma en que queremos verlas y no en la forma en que nos enseñaron a verlas.
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