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A veces pensamos que los grandes actos son los que más marcan la vida de un niño… pero en realidad, son las palabras repetidas con amor las que construyen su seguridad interior.
Frases como “Tú puedes”, “Estoy orgulloso de ti” o “Eres importante para mí” no solo animan en el momento; son mensajes que se quedan grabados en su corazón y que un día, en medio de una dificultad, volverán a escuchar en su mente como un recordatorio de su valor.
Nuestros hijos aprenden quiénes son, en gran parte, a través de lo que escuchan de nosotros. Cada palabra es una semilla:
• Si sembramos confianza, crecerán seguros de sí mismos.
• Si sembramos amor, sabrán que merecen ser amados.
• Si sembramos ánimo, se atreverán a intentarlo una y otra vez.
No esperes a que logren algo “extraordinario” para decírselo. Cada día es una oportunidad para reafirmarles que son únicos, valiosos y capaces. Porque un niño que crece escuchando palabras que le dan fuerza, se convertirá en un adulto que no dudará de su valor. 💛
Hoy, pregúntate: ¿Qué palabras quiero que mi hijo recuerde toda su vida?
