Una de las armas más poderosas que tiene el ser humano es la palabra en sí misma porque, ya que ésta, por ejemplo como ofensa, puede quedarse en el recuerdo de la persona a quien se agredió.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Georgia Regents, las personas suelen ser más agresivas con quienes conocen y aman. Esto podría deberse al conocimiento de sus errores y debilidades; sin embargo, también pueden influir aspectos como el carácter, el humor en el que se encuentre y sus problemas o preocupaciones.
Enseguida te comento algunas acciones que puedes hacer para evitar lastimar a las personas:
1. Respira hondo: Cuando te encuentres en una situación difícil, en la que sientas que ya estás perdiendo el control, respira profundamente por varios segundos; enfócate en que tu cuerpo y tu mente se relajen; te ayudará cerrar los ojos. Al principio no es fácil, pero si te esfuerzas lo vas a lograr de una manera más rápida y eficaz.
2. Piensa antes de hablar: Quino, el caricaturista creador de Mafalda, dijo alguna vez: “No es necesario decir todo lo que se piensa, lo que sí es necesario es pensar todo lo que se dice”. Aunque el momento sea complicado, analiza tus pensamientos (que sólo son tuyos) y lo que realmente sea necesario decir para no lastimar.
3. Mide tus palabras: Es cierto que hay individuos más sensibles que otros, pero también es real que todos los seres humanos por igual tienen sentimientos, y aunque algunos prefieran ocultarlos, se daña de la misma manera. Por ello, trata de ser lo más cautelosa y sutil que puedas; si cambiaras de lugar con esa persona, pregúntate cómo preferirías que te hablaran.
4. Evalúa: Antes de que expreses tu sentir al respecto de una situación, haz una autoevaluación, cuestiónate: ¿Estoy en condiciones para hablar? ¿Se me está preguntando directamente a mí? ¿Mi opinión es fundamental para esclarecer o ayudar en algún aspecto? ¿Estoy totalmente segura de lo que voy a decir? ¿Tengo los conocimientos o experiencia necesarios para comentar?
5. Cuida tu expresión corporal: Los gestos, la mirada, la posición del cuerpo, de las manos, de los brazos y los movimientos que hagas, también son parte de tu lenguaje; por ello, procura no proyectar burla, fastidio, molestia o ignorar a la persona; ponle atención a lo que te diga y demuéstrale respeto en todo momento.
Es parte de nuestra composición cometer errores, pero eso no significa que se digan palabras hirientes para destruir si se puede decir con dulzura para construir.
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