Cómo manejar el estrés diario en esta cuarentena.
Hoy todos estamos encerrados esto causa que nos estrenemos,nos vemos presionados para seguir muchas direcciones a la vez. Tenemos responsabilidades en el hogar y a veces simplemente nos supera.
Nuestro cuerpo comienza a hacernos saber que estamos sintiendo el estrés de nuestra vida diaria. Las sensaciones de estrés son causadas por el instinto de nuestro cuerpo de defenderse.
Este instinto es bueno en situaciones de emergencia, como cuando tenemos que salir del camino de un vehículo que se aproxima a toda velocidad. Pero el estrés puede causar síntomas físicos poco saludables si no se maneja adecuadamente.
Nuestro cuerpo trabaja horas extras cuando se enfrenta a los desafíos cotidianos. La realidad es que no estamos preparados para hacer frente a toda esa energía adicional.
Podemos comenzar a sentir ansiedad, temor, preocupación y tensiones.
Si el estrés no se mantiene bajo control, puede ocasionar graves problemas de salud tales, como presión arterial alta, enfermedades cardíacas y diabetes.
Es posible que también tenga que hacer frente a acontecimientos importantes de la vida que pueden causar estrés. Estos pueden incluir:
La pérdida de un trabajo (o el comienzo de uno nuevo).
Su hijo se marcha del hogar familiar o regresa a él.
La muerte de su cónyuge.
Un divorcio o un matrimonio.
Una enfermedad o lesión suya o de un familiar cercano.
Problemas de dinero.
Una mudanza.
El nacimiento o la adopción de un bebé.
Camino hacia un mayor bienestar
El estrés puede causar problemas de salud o empeorar los problemas existentes. Hable con su médico de cabecera si piensa que sus síntomas podrían ser causados por el estrés. Es importante asegurarse de que no sean causados por otros problemas de salud.
Aprenda a reconocer cuando se sienta estresado. Los primeros signos de estrés incluyen tensión en los hombros y el cuello, o apretar los puños. Trate de evitar el hecho o la situación que le produce estrés. Si eso es imposible, cambie la forma de reaccionar ante el estrés.
Haga ejercicio. Es una forma saludable de aliviar la energía y la tensión acumuladas. El ejercicio libera unas sustancias químicas del cerebro que nos hacen sentir bien, llamadas endorfinas. También ayuda a ponerse en forma física, lo cual permite sentirse mejor.
Coma bien. El estrés puede afectar su apetito. Asegúrese de estar comiendo de manera regular y equilibrada.
Duerma lo necesario. Es importante dormir lo suficiente para que su cuerpo tenga tiempo de recuperarse.
Medite. La meditación es una forma de pensamiento guiado. Puede adoptar muchas formas. Puede realizarla con ejercicios que utilizan los mismos movimientos una y otra vez, como caminar o nadar. Se puede meditar practicando técnicas de relajación, elongando o respirando profundamente.
Las técnicas de relajación son simples. Comience con un músculo. Manténgalo apretado durante unos segundos y luego relájelo. Haga esto con cada uno de sus músculos, empezando por los dedos de los pies y los pies, y siga subiendo hacia el resto del cuerpo.
La elongación también puede aliviar la tensión. Rote la cabeza en un círculo suave. Estírese hacia arriba, e inclínese hacia un lado y hacia el otro lentamente. Rote los hombros.
La respiración profunda y relajada por sí sola puede ayudar a aliviar el estrés. Esto ayuda a obtener mucho oxígeno y activa la respuesta de relajación de su cuerpo.
Déjelo ser. No se preocupe por cosas que no puede controlar, como el clima.
No se preocupe por cosas pequeñas. Resuelva los problemas pequeños. Esto puede ayudarlo a tener una sensación de control.
Esté listo. Prepárese de la mejor manera según su capacidad para aquellos eventos que sepa que pueden ser estresantes, como una entrevista de trabajo.
Arriba ese ánimo. Trate de ver el cambio como un desafío positivo, no como una amenaza.
Busque soluciones. Resuelva los conflictos que tenga con otras personas.
Recurra a la palabra. Hable de lo que lo está molestando con un amigo, un familiar o un terapeuta en quien confíe.
Sea realista. Establezca objetivos realistas en el hogar y en el trabajo. Evite programar demasiadas cosas.
Diviértase un poco. Participe en una actividad que no le produzca estrés, como deportes, eventos sociales o pasatiempos.
Simplemente diga no. Manténgase alejado de las drogas y el alcohol. De hecho, pueden aumentar sus niveles de estrés.
Cuándo consultar a su médico
A continuación, se presenta una lista de los síntomas que puede experimentar cuando se siente estresado. Si ha probado los consejos anteriores y siente que todavía necesita ayuda para manejar el estrés, visite a su médico de cabecera.
Signos típicos de estrés
ansiedad
dolor de espalda
constipación o diarrea
depresión
fatiga
dolores de cabeza
presión arterial alta
dificultad para dormir o insomnio
problemas afectivos
disnea
rigidez en el cuello o la mandíbula
dolor de estómago
aumento o pérdida de peso
Preguntas para hacer a su médico
¿Qué puedo hacer para conciliar el sueño más fácilmente?
Estoy haciendo ejercicio y comiendo saludablemente. ¿Qué más puedo hacer para mantenerme saludable y no sentirme tan estresado?
¿Recomienda que tome medicamentos si no puedo mantener el estrés y la ansiedad bajo control?
Crisis de ansiedad.
La ansiedad, como el estrés, es una respuesta del organismo ante situaciones límites, que se caracteriza por una sensación de angustia leve o miedo, y la aparición de aceleración del ritmo cardíaco y la respiración, sudoración o sensación de flojedad. Es algo normal y que incluso puede ayudar a prender cómo afrontar situaciones complicadas.
Sin embargo, una crisis de ansiedad, sin ser un hecho grave para la salud, genera una situación de pánico que cursa con unos síntomas muy similares a los del infarto, hasta el punto de que puede confundirse con él. Ocurre de forma instantánea, sin previo aviso, y alcanza su máxima intensidad en cuestión de muy pocos minutos, pudiendo prolongarse durante unos pocos más.
Síntomas de una crisis de ansiedad
La sintomatología puede variar en cada persona, pero se considera que se ha producido una crisis de ansiedad cuando se producen cuatro o más de los siguientes síntomas:
Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardiaca (taquicardia).
Sensación de ahogo, con respiración rápida.
Opresión en el pecho.
Miedo o pánico. Literalmente, sentirse a morir.
Sudoración o escalofríos.
Temblores.
Náuseas o molestias abdominales.
Mareo o incluso desmayo.
Sensación de irrealidad.
Sensación de entumecimiento u hormigueo.
Causas de una crisis de ansiedad
Hay problemas físicos que pueden desencadenar (hipertiroidismo, consumo del alcohol o drogas, etc.) pero lo más habitual es que este tipo de episodios se asocien a causas de índole psicológica, como el estrés. También hay que considerar el hecho de que la crisis de ansiedad puede ser síntoma de un trastorno mental, como agorafobia, fobia social y otros tipos de fobias.
Sin embargo, la crisis de ansiedad no debe confundirse con lo que en psiquiatría se denomina como trastorno de ansiedad generalizado. Mientras que en este caso la persona se encuentra permanentemente mal o de forma recurrente. Quienes sufren una crisis de ansiedad se encuentran perfectamente antes de que ocurra o entre una crisis y otra.
¿Qué hacer ante una crisis de ansiedad?
Lo normal es que la primera vez que se sufre un ataque de ansiedad y no se reconocen los síntomas se acuda a Urgencias ante la posibilidad de que se trate de un infarto. Pero cuando ya se ha sufrido en alguna ocasión es posible controlarlo. Lo primero es mantener la calma, no dejarse llevar por el miedo y tratar de normalizar la respiración inspirando por la nariz y expirando por la boca de forma rítmica y cada vez más pausada. Tomarse el pulso mientras se realiza esta maniobra permitirá comprobar como el ritmo cardíaco recupera poco a poco la normalidad.
En cualquiera de los casos es importante consultar con el médico y tratar de identificar qué ha motivado la crisis de ansiedad o si existe algún trastorno psicológico subyacente. En función de ello podrá instaurarse el tratamiento más adecuado en cada caso, pudiendo éste contemplar el uso de fármacos y/o terapia psicológica cognitivo conductual.
Cuando el estrés ha sido el desencadenante de la crisis, en la mayoría de los casos no es necesario ningún tipo de tratamiento, pero si adquirir hábitos saludables de vida que ayuden a prevenir nuevos episodios. El ejercicio físico es una buena manera de descargar el estrés y relajarse.
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