Tras la esperanza de una mejor disponibilidad...
De una mejor acción hacia la liberación
del encuentro entre feromonas y testosteronas...
De la incontinencia de la libido,
aquella sustancia química que desata las hormonas...
Ese encuentro tuyo y mío, ese encuentro de los dos...
Es esa química desatada
que se escapa por los poros de la piel...
Que fluye en el torrente sanguíneo...
Que hace crecer mi evidente reacción...
Donde la responsable eres solo tú y tu osadía...
Esas atrevidas e irresistibles travesuras
de tus manos y las mías...
Y de tu sabrosa e inquieta boca por mi cuerpo.
Esos mágicos besos exploradores y devastadores...
esas electrificantes caricias que erizan la piel...
Son estás y otras tantas cosas más...
Tantas exquisitas sensaciones que a mi alma enamoran...
Desatada locura de tu cuerpo contra el mío...
Esa reacción al despertar a la tentación
que con gran osadía me vienes a dar...
Con la sola intención de hacerme provocar,
para luego con mi cuerpo adosado a tu cuerpo
nuestras desesperadas ganas saciar...
Es la química innata, es el deseo puro,
esa necesidad que requiere el cuerpo...
Esa sensación del más bello placer
de poseemos de manera incansable...
De darnos todo hasta más allá de la razón...
Es el alboroto hormonal el que nos hace ser así,
son nuestros instintos que se despiertan,
se atraen, se gustan y reconocen...
Se esparce, se libera y se huele en el aire...
Hasta por la mirada se puede apreciar y sentir
esta maravillosa y evidente atracción...
Que hace sentir la desesperada necesidad
de acoplar tu alma y con la mía...
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