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“EL OTRO TIENE LA CULPA”.



Cuando alguien dice cosas de ti y sientes bronca, odio, rabia, ira, frustración, tristeza o incluso cuando te juzgan, no es culpa del otro, ni de la situación, ni de la circunstancias. No tiene nada que ver con eso. ¡No te tomes nada personal! Porque tiene que ver con lo que llevas dentro y no sabes. Esa persona es tu espejo y tu maestro. Ella es la que te muestra que no sabes quién eres. Y lo que no sabes es que eres amor. Esa es tu fuente, tu energía, tu divinidad, hija/o de Dios.  Tu ser llama le como más te guste pero lo intuyes. Si confiaras en esto plenamente sabrías y sobre todo te respetarías y no estarías entrando a competir con tener la razón de algo que ya sabes que no sos. Simplemente contemplarías que la otra persona, que tampoco sabe qué es el amor, sólo percibe otra situación que no sanó. Es tan solo miedo o falta de comprensión. 

Esto es lo que puedes hacer, porque con tu paciencia, de hecho, lo ayudarías. Porque eso es amor: la acción de la palabra no lo que significa. Tu ser es amor. Sos pleno, perfecto tal y como fuiste creado de la fuente para amar y ser amado.

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