Todos los días al despertar tienes que llenarte de energía, aspirar ese suave amanecer y decir: “¡Estoy viva!” Necesitas dejar que los rayos del sol entren por tu ventana y den claridad a tu día… Y así, sin planearlo, empezarás a sentir ese deseo positivo de ser mejor, de emplear tus horas en las cosas que más te gustan...Que lo negativo se pierda y que tu mente piense en la maravilla de saber que existes, que estás viva, que respiras.
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