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¿Qué necesitas para ser valiente?

Ser valiente es tener el coraje de superar aquello que tenemos delante, es la oportunidad de afrontar esa situación que la vida nos ofrece, o que nosotros hemos elegido. Ser valiente es una elección consciente, de poner a prueba nuestras capacidades, nuestros límites y bloqueos. La valentía es un reto al que nos exponemos para crecer, aprender y superarnos.

Es valiente aquella persona que reconoce sus miedos y los supera.
Para ser valiente, lo primero es reconocer nuestros miedos

No existe la valentía si antes no hemos reconocido el miedo ante esa situación en la que hemos decidido ser valientes. Cuando no reconocemos el riesgo de una situación, y no reflexionamos acerca de sus consecuencias, podemos ser temerarios, pero no valientes.

Cuando hacemos algo, porque sabemos hacerlo y lo tenemos bien dominado, seremos expertos, profesionales o estaremos bien entrenados, pero tampoco seremos valientes por eso. La valentía transita por otros derroteros.

Para ser valiente, siempre reconoceremos el miedo de esa decisión o situación, sus peligros, riesgos y amenazas y, a pesar de ellas, decidimos afrontarlo, y tener el coraje de exponernos, correr riesgos y esforzarnos al máximo para que salga bien.

“Ser valiente no es el punto. Eso es imposible. Se trata de aprender a controlar tu miedo y cómo ser libre de él”

-Verónica Roth-

La persona valiente elige el camino del éxito, ya que mientras el miedo nos paraliza, la valentía nos pone en marcha, nos permite superar obstáculos, buscar soluciones, ser creativos y no parar hasta conseguir nuestros objetivos.

El éxito es la recompensa de las personas valientes, de quienes se atrevieron a vencer sus limitaciones, y corrieron riesgos.

5 pasos para ser Valiente

Si quieres aprender a ser valiente, hay 5 pasos que nos permitirán conseguir este objetivo. El primero de ellos ya lo hemos tratado en profundidad, pero el la base fundamental para que se puedan dar todos los demás:

Reconoce tus miedos: escríbelos en una lista, defínelos y ponles nombre. Al expresarlos en papel podrás quitarte carga emocional y verlos como lo que son, bloqueos y limitaciones mentales, solo eso.
Describe tu proyecto, objetivo y meta: Sé realista y hazte propuestas que realmente quieras conseguir.
Escribe los resultados de tu éxito: Imagina que ya lo has conseguido, cómo te sientes, lo que habrá cambiado en tu vida y si habrá merecido la pena. Si es así, continúa, si no es así, vuelve a describir tu proyecto de forma más adecuada para ti.
Busca alternativas ante la remota posibilidad de que tus miedos se hagan realidad.Piensa en posibles soluciones y posibles consecuencias de que tus miedos se hagan realidad. ¿Qué es lo peor que puede ocurrir? ¿Qué sucedería después? Sopesa la gravedad de las consecuencias de que no salga tu proyecto, y la probabilidad de que esto ocurra. Si la gravedad es alta, y también la probabilidad de que ocurra, entonces, busca opciones para minimizar los riesgos.
Sé valiente y sigue adelante: Busca la forma de seguir adelante, minimizando los riesgos y peligros, buscando caminos intermedios para acercarte a tu objetivo, asumiendo las posibles consecuencias del error y sus alternativas.


Confía en tus capacidades, tus habilidades, tu saber hacer y en tu capacidad de salir adelante, aunque el camino sea complicado, recuerda que siempre hay una salida y muchas soluciones...

Sea como sea, una vez que has dedicado un tiempo a la reflexión, a la búsqueda de estrategias, a decidir los pasos, los posibles caminos y las fórmulas más adecuadas, a pesar del miedo inicial, sé valiente, y sigue adelante, ya que, ahora estás más cerca que nunca de tu proyecto.

Cuando lo consigas, te sentirás la persona más valiente del mundo, ya que, superaste todos tus límites y te atreviste a caminar, a oscuras y a tientas, confiando en la luz de tu sabiduría interna y en el coraje de querer conseguirlo.



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