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La infancia influye en el desarrollo de la personalidad.

La relación que los niños tengan de pequeños con sus padres será determinante en el
 desarrollo de la personalidad y su relación con los demás en un futuro.


La infancia es una etapa sumamente delicada en la que se produce el desarrollo de la personalidad de los niños.

Es tan importante que muchos de los problemas que sufren los adultos tienen su origen en esta fase de sus vidas.


Debemos tener en cuenta que todo lo que experimentemos en la infancia dejará su huella en nuestro cerebro. Una huella de la que no somos conscientes, pero que nos afectará de determinadas maneras.


El tipo de refuerzo y su importancia en el desarrollo de la personalidad.


En el momento de educar a los niños podemos optar por un refuerzo positivo o un refuerzo negativo. Lo mejor sería poder encontrar un término medio entre estos dos extremos.

El refuerzo positivo hace referencia a celebrar todas aquellas cosas que los niños hacen bien, ignorando lo que hacen mal.
Esto puede derivar en una autoestima demasiado alta, en la que los niños no sean capaces de responsabilizarse de sus errores.

El refuerzo negativo, en cambio, pone especial énfasis en todo aquello que los niños hacen mal.
Esto puede provocarles una baja autoestima, que se desvaloricen a ellos mismos y que crean que siempre son peores que los demás.

Descubre: ¿Refuerzo positivo o negativo para los niños?

Ambos extremos son negativos e influirán en el desarrollo de la personalidad de cualquier niño. Por eso, si en la vida adulta tenemos problemas de autoestima, una mirada hacia la infancia puede darnos los motivos de por qué nos ocurre esto.

El apego hacia nuestros progenitores nos marca.

En los primeros años de vida podemos desarrollar hasta 3 tipos de apego diferentes que marcarán la manera en la que nos relacionaremos con los demás en nuestra vida adulta.

El apego seguro.

El apego seguro es aquel en el que los niños ven cubiertas sus
 necesidades por parte de su madre.

Hay contacto físico, saben que, si necesitan a su madre, ella va a estar ahí. Por lo tanto, estos niños desarrollan un vínculo sano.

El apego ansioso
El apego ansioso o ambivalente es aquel que desarrollan los niños cuyas madres se muestran cariñosas y cercanas en algunas ocasiones, pero frías y distantes en otras.

La consecuencia es que los niños desarrollan una gran inseguridad.

El apego evitativo.


El apego evitativo se desarrolla debido a madres insensibles que suelen ignorar las necesidades de los niños.

Como consecuencia, estos aprenden a rechazarlas, a ser independientes y a no reclamarlas. En el futuro tendrán importantes problemas para establecer vínculos con las demás personas.

Como hemos podido ver, el apego seguro es el más sano. No obstante, el ansioso y el evitativo son más comunes de lo que pensamos.


Una persona que en su infancia ha desarrollado un apego ansioso, es muy probable que sufra dependencia emocional en sus relaciones de pareja, que tenga problemas para establecer vínculos saludables y ser asertiva.
Alguien que en su infancia ha desarrollado un apego evitativo siempre se mostrará emocionalmente distante y, en el momento en el que alguien se acerque de esta manera, huirá.
Son personas a las que les cuesta establecer vínculos sólidos con los demás.

El desarrollo de la personalidad en la infancia
Como hemos podido ver, el desarrollo de la personalidad en la infancia es muy sensible al tipo de refuerzo y apego que se genera gracias a la relación que mantienen los padres, en especial las madres, con sus hijos.

Así las cosas, será muy beneficioso saber brindarles la atención necesaria a los más pequeños, no permitir que los problemas con la pareja les afecten y asegurarnos de que podemos ofrecerles un apego seguro.

Lamentablemente, los progenitores no suelen tener en cuenta esto y debido a las responsabilidades, el trabajo y los niños que les desbordan, al final todo esto queda relegado a un segundo plano.


No obstante, no podemos olvidar que en la infancia se produce el desarrollo de la personalidad y que está en manos de los padres hacer todo lo posible para evitar que en el futuro los niños tengan determinados problemas.

La dependencia emocional, la imposibilidad para establecer vínculos afectivos con otras persona, el miedo, las inseguridades en las relaciones… Todo esto no surge de la nada, sino que tiene su motivo y este se encuentra en la infancia.

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