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Cómo combatir la piel seca con exfoliantes de azúcar.

En lugar de preparar los exfoliantes en grandes cantidades, procura hacer la mezcla justa para cada aplicación. Así te asegurarás de que los ingredientes mantienen sus propiedades.


La piel seca es muy problema muy común, tanto en mujeres como hombres. Bien sea la piel del rostro o del cuerpo en general muchas veces se reseca, dando una apariencia opaca y nada agradable.

La mejor manera de acabar con la piel seca es exfoliándola. Existen miles de exfoliantes para distintas pieles y con infinitas funciones.

El problema es que muchas veces pueden contener químicos y productos muy abrasivos los cuales podrían tener un efecto contrario, maltratando la piel y dejándola muy sensible.

Nada es mejor que realizar tu propio exfoliante con productos naturales y el mejor ingrediente para eso es el azúcar.

Gracias a su consistencia granulosa es excelente para eliminar la piel muerta y regenerarla. Si quieres aprender a realizar tu propio exfoliante a base de azúcar, aquí te traemos varias recetas para que las pruebes en casa.


Beneficios de exfoliar la piel con azúcar:


El azúcar es excelente para regenerar, proteger y revitalizar la piel. Es ideal para eliminar impurezas como lo puntos negros y dejar una apariencia fresca y saludable.

Este endulzante está compuesto de ácido glicólico, que lo convierte en un excelente abrasivo a nivel químico, que penetra en los poros de la piel y realiza una limpieza profunda.

Así, elimina el resto de los productos químicos que se van quedando en nuestra piel.

Esto ayuda a que la piel se vea mucho más suave y, a su vez, a prevenir las manchas, espinillas y arrugas prematuras.

Ademas de sus increíbles beneficios, es una opción económica y muy fácil de hacer.


¿Cómo preparar un exfoliante a base de azúcar?
Si se usa azúcar blanca refinada o morena crea el mismo efecto de exfoliación que necesitamos.


Las recetas que te mostraremos a continuación sirven para aplicar en el rostro, las rodillas y todas las zonas visibles del cuerpo que padezcan de resequedad.

Lo más recomendable es emplear estas preparaciones una o dos veces por semana para mantener la piel reluciente.

De hacerlo más seguido, podrías alterar el pH natural y generar más resequedad.

Exfoliante de azúcar con aceite de oliva
Ingredientes
1 taza de azúcar blanca (200 g)
⅓ de taza de aceite de oliva extra virgen (60 g)
10 gotas de aceite esencial de lavanda
Preparación
Añade la taza de azúcar, el aceite y las gotas de aceite esencial en un frasco de vidrio (preferiblemente con tapa) que esté limpio y seco.
Mezcla con ayuda de una cuchara de madera hasta crear una pasta espesa.
Si está muy sólida, puedes agregarle un poco más de aceite para que adquiera la consistencia pastosa que deseamos.
Cuando esté lista, tapa el frasco y guárdalo en la nevera para que se conserve.
¿Cómo la aplico?


Toma una cantidad generosa y aplícala sobre el área que quieras exfoliar.
Frota sobre la piel con movimientos circulares y déjalo reposar por unos 5 minutos.
Luego de dejar actuar, retíralo con una toalla húmeda y enjuaga con agua tibia para después aplicar una crema humectante o tónico.

Exfoliante de azúcar con limón
Ingredientes
El zumo de ½ limón
½ taza de agua mineral (125 ml)
3 cucharadas de azúcar blanca (30 g)
3 cucharadas de aceite de oliva (48 g)
Preparación
Diluye el zumo del medio limón en ½ taza de agua mineral para que los ácidos del limón no afecten y maltraten tu piel.
En un recipiente de vidrio que esté limpio, seco y que tenga tapa, mezcla el zumo de limón diluido con las 3 cucharadas de azúcar.
Luego de que este bien mezclado, agrega poco a poco el aceite de oliva, sin dejar de revolver con una cuchara hasta obtener una pasta homogénea y consistente.
Exfoliante de azúcar con aceite de sésamo.


Ingredientes:
1 taza de azúcar morena (200 g)
¼ de taza de aceite de sésamo (50 g)
Miel
Aceite esencial (de tu preferencia)
Preparación:
Mezcla muy bien los ingredientes en un frasco de vidrio, comenzando por el aceite de sésamo, el azúcar y la miel.
Revuelve muy bien hasta que obtengas una mezcla espesa y viscosa y, a continuación, agrega el aceite esencial.

Con unas gotas de este aceite es más que suficiente para añadir aroma. No utilices aceites de fragancia, ya que los químicos pueden afectar tu piel.



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