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Cómo saber si estás comiendo por estrés y cómo solucionarlo
No siempre comemos simplemente para satisfacer el hambre. Los alimentos también pueden ser un factor con el que se buscamos la comodidad, el alivio del estrés, o como una recompensa. Es ahí donde terminas comiendo por estrés. Desafortunadamente, el comer emocional no soluciona los problemas emocionales. Por lo general te hace sentir peor. Después, no sólo sigues teniendo el problema emocional, sino que adicionalmente también te sentirás culpable por haber comido en exceso. Aprender a reconocer los factores emocionales que te hacen comer es el primer paso para liberarse de los antojos por comer compulsivamente.
Utilizar la comida de vez en cuando como una recompensa, o para celebrar no es necesariamente malo. El problema es cuando tu primer impulso es abrir el refrigerador cada vez que estás molesta, enojada, sola, estresada, agotada o aburrida, es ahí cuando estas comiendo por estrés. Para agravar más el problema, dejas de aprender maneras más saludables de lidiar con tus emociones, te cuesta más controlar tu peso y te sientes cada vez más impotentes ante la comida y tus sentimientos.
Para cuando detectes que estas comiendo por estrés, te dejamos algunos consejos para solucionarlo. Si te sientes deprimida o sola, busca a alguien que sabes que su compañía te hará sentir mejor, sal a caminar o juega con tu perro o tu gato.
Si estás ansiosa, gastar tu energía bailando tu canción favorita, apretando una pelota anti-estrés, o sal a dar un paseo a paso ligero.
Si estás agotada, disfrutar de una taza de té caliente, toma un baño, enciende algunas velas perfumadas o envuélvete en una manta caliente.
Si estás aburrida, leer un buen libro, mira un programa de comedia, sal a respirar aire fresco, o recurre a algún hobby que te guste (tocar la guitarra, pintar, la costura, etc.
Tomate 5 minutos antes de ceder a un antojo, cuando te entre el deseo de abrir la refrigeradora y antes de salir corriendo en busca de la comida, detente 5 minutos y piensa si realmente es hambre o estas comiendo por estrés.
Aprende a aceptar tus sentimientos, buenos y malos. Aunque parezca que el problema central es que eres impotente ante la comida, al estar comiendo por estrés en realidad estas evadiendo una sensación de impotencia sobre tus emociones. No te sientes capaz de hacer enfrentar tus sentimientos, y los evitas con la comida.
Apóyate en hábitos de vida saludables. Cuando estas físicamente fuerte, relajada y descansada, eres mas capaz de manejar las emociones negativas que inevitablemente aparecerán en tu camino. Pero cuando te sientes exhausta y abrumada, cualquier contratiempo tiene el potencial para desestabilizarte y enviarte directo al refrigerador. El ejercicio, sueño y otros hábitos de vida saludable te ayudarán a sobrevivir momentos difíciles y evitar estar comiendo por estrés.
Mantente en contacto con otras personas. No debes subestimar la importancia de las relaciones cercanas y las actividades sociales para evitar la ansiedad de estar comiendo por estrés. Pasa tiempo con gente positiva que mejoran tu vida y te ayudarán a protegerte contra los efectos negativos del estrés.
Duerme 8 horas diarias, la falta de sueño tiene un enlace directo con el estrés, comer en exceso y aumento de peso. Hay dos hormonas en tu cuerpo que regulan los sentimientos normales de hambre y saciedad. La grelina estimula el apetito, mientras que la leptina envía señales al cerebro cuando está llena. Sin embargo, al no dormir lo que tu cuerpo necesita, tus niveles de grelina aumentan, estimulando el apetito y quiere más comida de lo normal y los niveles de leptina bajan, lo que significa que no te siente satisfecha y quieres seguir comiendo. Así que, entre menos duermas, más alimento te pedirá tu cuerpo. A la vez que es más difícil combatir tus antojos de comida, la sensación de cansancio también puede aumentar tus niveles de estrés, lo que te lleva a seguir comiendo por estrés. Para controlar tu apetito y reducir los antojos de comidas, trata de descansar lo suficiente, unas ocho horas de sueño de calidad cada noche.
Si te acostumbras a practicar estos consejos con regularidad en tu vida, poco a poco se convertirán en un hábito, y de esta formas estarás combatiendo la ansiedad y la necesidad de estar comiendo por estrés. ¿Te ha gustado este artículo? Si es así, compártelo con tus amigas en las redes sociales y no te olvides de dejar tu comentario.
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